Estos tres ingredientes se combinan para propiciar una experiencia de total relajamiento, que se supone tiene cualidades antienvejecimiento. El interior de la habitación está cubierto con tejas hexagonales hechas de sal, lo cual contribuye a que la temperatura y humedad incentiven el proceso de quietud interior necesario para meditar.La terapia, que incluye ejercicios de yoga y de estiramiento, se da en un lugar conocido como Saltasia, localizado en el barrio de Omotesando en Tokio, Jápón.
domingo, 13 de septiembre de 2009
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